Hoy, tocando el órgano en el templo, me llegó de golpe una realidad abrumadora: no tengo a quien decirle “Oye, mamita...”. Se me hizo un hueco en el corazón, que de pronto sentí un profundo vacío: mi boca ya no pronunciará el tan gustado nombre de "mamita linda", "mamita hermosa", "mami", "má", "amá"; ya no le podré contar mis problemas o satisfacciones; no podré sentirme apoyada por sus oraciones y me duele tanto esta certeza, porque aunque ella posiblemente me escuche, yo no la escucharé más a ella. Tengo tanta tristeza por la ausencia de mi mamita, como alegría tengo porque mi papito estuvo aquí estos días. Y también porque sé que si bien ya no contamos con la amorosa voz de mi mamita linda, tenemos el respaldo y la voz, el consejo y la oración de nuestro amado papito. Mi oración y mi ruego es porque nosotros, hijos, podamos ser sabios, en la sabiduría del Señor, para cuidar de él, para hacerle sentir que nos hace falta y que aún a su edad es un hombre fuerte y útil, sabio, valioso y no solo para nosotros a quienes ama, sino a todos aquellos que tienen la oportunidad de convivir con él. Mamita, te extrañamos. Papito, te amamos y te necesitamos.
domingo, 27 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Cuanta razon tienes millita, lo que ahora nos queda de nuestra madre, es nuestro padre; un gran tesoro, algo tan valioso como mi madre, pues no eran dos sino uno y ahora es exactamente las mitad lo que tenemos...no hay mitad mas grande ni mas pequena..ambas son iguales...con las mismas caracteristicas, pero diferente forma... eso que dices millita, de no decir mas...ma..mamita..madrecita, mamacita, lo decimos ahora solo para nuestros adentros...solo en nuestro corazon y mente retumban por nuestros gritos desesperados esperando ser escuchados por nuestra madre... pero bien es cierto que ahora nuestro padree nos cobija, nos apoya comno siempre lo ha hecho y como una vez se lo dije... mientras el viva, nosotros seguiremos siendo sus hijitos, necesitados de el y nosotros quien le brindemos las alegrias y satisfacciones que necesita. Hoy no he dejado de extrañar ni un ápice a mi madre y mi papa tengo tantas ganas de abrazarlo...
ResponderEliminar