viernes, 22 de enero de 2010
Nos hizo falta tu adios...
Nos hizo falta tu adiós, quien lo diría.
Tú, la experta en despedidas,
Omitiste decir adiós en tu partida
El adiós que comenzaba antes del alba,
De tu Silverio la mano tomabas,
Y así, fluía la oración sin pausa,
Mientras... el café se enfriaba.
De mayor a menor, uno por uno,
nos ponías ante la gracia divina
Como esposa, madre, tia o abuela,
no olvidabas a ninguno.
Mientras todos nos ocupábamos en no irnos,
Tu hurgabas los rincones hallando lo que habíamos de olvidar;
¿De quién es este cargador? ¿Y estos calcetines?
“Parecen de Josito, o tal vez de Emiliano,
están chicos para ser de Rayito…”
Sí, nos hicimos adictos a las despedidas largas,
Que comenzaban por la cocina,
Continuaban en la sala,
Seguían en el recibidor,
Y luego volver a entrar porque David no sale,
La güera que no viene o Joel que se metió al baño.
¿Ya estamos todos? “Ora tu Silverio, por favor”
Y el patriarca otra vez nos despedía,
Mimí: ¿ya llevas tu comida del refrigerador?
Más abrazos, más besos y la recomendación debida
“no le meta mucho la pata” Noel,
“no le busque ruido al chicharrón”
Después a la banqueta, último escalón de la partida
Recados, bromas, fotos y más besos
“Que Dios los lleve con bien, pónganse el cinturón…”
“Hey, ¿no es de ustedes este teléfono?"
Y así después de tanto, por fin,
soltaba el freno, pisaba el acelerador.
Nos hizo falta tu adiós, y no es poca cosa,
Porque tu manita dibujando al aire,
Nos alcanzaba para mucho,
La veíamos al cruzar La Durazno,
La Zapote, La Palma, y La Ceiba,
Donde doblábamos para La Diez,
Pero algunos que se iban derecho,
Dicen que la veían hasta La Ciprés.
Nos hizo falta tu adiós, por eso aun no lo creemos,
Quisiéramos pensar que solo es una broma,
Como la que nosotros te hacíamos,
y en la que tú, invariablemente, caías.
Apagábamos el auto en el portón de don Santiago,
Bajábamos en silencio, caminábamos de puntitas hasta la reja
Y desde ahí los mirábamos, a ti y a tu Silverio,
viendo la televisión.
Entonces yo, fingiendo la voz, decía: “buenaas nooches”
Y tú dabas un salto sorprendida y exclamabas: ¡es Blanca…!
Todo eso lo hacíamos solo para ver, como tu carita,
En un instante, Pasaba del asombro a la alegría,
Enmedio del calor siempre agobiante.
Alguna vez me dijiste, platicando en la cocina:
“Ay Noel, si viera que triste se queda la casa
cuando se van todos, Silverio y yo solitos
en esta chica casota... Andamos como alma en pena,
hasta que vuelven a venir…”
Ahora yo te diría:
“Ay mi querida señora, si vieras lo triste que estamos
desde que te fuiste... Andamos como zombis
coleccionando sueños, fotos, cartas, recetas,
y lo único que conseguimos es extrañarte más,
Hasta que te veamos en el cielo..."
Nos hizo falta tu adiós, o tal vez tu... ¡Hasta Luego!
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Con todo mi corazón cuñadito, nuestro hermano mayor, muchas gracias, me hiciste llorar con ganas, pero que bien me hacen estas lágrimas por recuerdos tan bonitos. Dios nos bendiga, te bendiga a ti a Blanca y a la hermosa preciosa pequeña.Te queremos mucho, lo sabes.
ResponderEliminarSin palabras cuñadito, solo lágrimas, muchas lágrimas de trsiteza y de gratitud. Te quiero mucho.
ResponderEliminarCuñao..en estos momentos tan tristes aun, nos haces desahogar esta enorme tristeza que llevamos a cuestas; solo un corazon lleno de amor y una mente llena de hermosos recuerdos puede escribir lo que tu has escrito; cuanta razon tienes!! y no soy la excepcion, he llorado como no habia podido en varios dias y me has hecho hundirme en un mar de recuerdos; gracias por dejar escrito esas vivencias que todos y cada uno hemos pasado y disfrutado con nuestros padres, momentos que estoy casi seguro solo en nuestra familia se dan; lo he escuchado en comentarios de las cuñadas y cuñados que haciamos un show antes de irnos... y claro..nadie queria dejar el nido. Gracias por estos momentos que nos has regalado; un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSolo te diré: Cuñado¡Gracias! entre un llanto lleno de dolor y de alegría a la vez. Gracias por ese amor que le tienes a mi mamacita.Dios te bendiga.
ResponderEliminarEfectivamente nuestro hermano mayor. Gracias por todo carnal, por el amor a mi madre y a mi padre y a todos nosotros, que siempre manifiestas de forma verbal pero sobre todo de forma practica, de todas las formas practicas que se puede demostrar el amor hacia esta familia. gracias a Dios por tu vida y en mi caso sabes que tengo un cariño especial por doña Margarita y cada uno de tus hermanos. mil gracias de nuevo. un abrazo y por que no un beso.Dios te bendiga y guarde siempre.Ray
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