domingo, 9 de mayo de 2010

Ojalá estuvieras con nosotros, pero estaremos contigo


Mamacita:

Ya van muchos días que no estás con nosotros. Estamos alrededor de mi papá y eso nos da fuerzas. Quién sabe qué pasará el día en que él también llegue a la meta. Algo sí sabemos: que Dios nos sostendrá porque Él es quien está detrás de todas las fuerzas. Estamos contentos e infinitamente agradecidos con Dios por haberte sacado de este triste mundo y haberte llevado con alas gloriosas a su presencia, y por haberlo hecho del modo en que lo hizo. Pero hay un hueco enorme en nuestra alma, en nuestro corazón, en nuestra vida diaria. Cada recuerdo a la vez nos alegra y nos quema, nos lastima el alma porque ya no estás aquí. Tu ausencia sólo es soportable por saber que vives y que estás más bien que nunca. Pero cómo decir, cómo explicar, sin ofender la gracia divina, que queremos verte, que queremos abrazarte, que queremos oírte, que queremos que estés en la mesa del antecomedor, con mi papá, orando por nosotros, que queremos que estés en la cocina, con tu paso ya cansado, preparando alimento para nosotros con tus benditas manos, que queremos que estés acostada en tu cama, y verte de espaldas leyendo tus Selecciones, o sentada en el borde de tu cama haciendo anotaciones en tu Biblia. Que queremos oír tu voz por teléfono, que queremos oír tu eterno consuelo, tu eterno apoyo absolutamente incondicional, tus palabras de aliento y de sabiduría. Que queremos verte aun en tus momentos tristes y difíciles, aunque gracias a Dios que en este preciso momento de eso ya no sufres más. Madre, últimamente recuerdo tantas cosas de cuando éramos chicos, el esfuerzo tan grande, enorme, que alguien tan fino como tú hizo para sacar adelante, junto con mi papá, a una familia tan grande, para construir una casa, para quedarse sola mientras él viajaba a trabajar, para cuidarnos, defendernos, alimentarnos, lavar nuestra ropa, atender nuestra enfermedad, vigilar nuestra educación, velar nuestro sueño. ¡Qué difícil es ser como tú y como mi papá! ¡Que Dios nos ayude a avanzar, aunque sea al pasito, hacia la estatura que ustedes tienen! Sufrimos tu ausencia madre, como un mazazo seco y duradero en la cabeza, en el corazòn. Al mismo tiempo te sentimos cerca, porque estás cerca de nosotros, porque vives, porque estas letras las leerás pronto (la vida del hombre es fugaz, como la hierba del campo). Y mucha vida tuya está en nosotros, somos tu carne y tu sangre y tus huesos, y tu imagen vive en nuestras mentes, y tus palabras y dichos están en nuestra boca y tus valores están en nuestras vidas, aunque los desmerezcamos, pero con la ayuda de Dios tratamos. Eso nos ayuda a no derrumbarnos de dolor, madre. Mamacita, te amamos y te veremos pronto, para amarte por siempre.

2 comentarios:

  1. Manito que hermoso recuento de recuerdos, Dios nos consuela y nos fortalece manito, y que gran don te dió para describir sentimientos e imágenes de esa forma tan especial y conmovedora.
    Te quiero muchísimo manito, igual que a todos mis hermanos y hermanas con sus familias y a mi papito hermoso.
    Gracias por ser de tan grande bendición en nuestras vidas.
    Dios nos siga bendiciendo a todos.

    ResponderEliminar
  2. yO TAMBIEN MANITO HE PENSADO ASI COMO TU DE QUE QUISIERA ESTUVIERA MEJOR MI MAMITA CON NOSOTROS A PESAR DE QUE SABEMOS DONDE ESTA AHORA Y LE PIDO PERDON A DIOS PERO SE QUE EL SABE QUE SOLO ES UN DESEO QUE PASA POR NUESTRAS MENTES POR LA ENORME TRISTEZA QUE NOS CAUSA ESTA SEPARACION TEMPORAL PERO QUE NOS ALGRA TANTO Y NOS GOZAMOS CON MI MAMITA SU GRAN TRIUNFO SU LLEGADA A LA META FINAL: MI MAMITA ES UNA TRIUNFADORA GRACIAS A DIOS, TE QUIERO MUCHO MANITO TE MANDO MUCHOS MUCHOS BESITOS Y TU FAMILIA TAMBIEN.

    ResponderEliminar