martes, 2 de marzo de 2010
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Madre, esposa, abuela, tía, sea cual fuera la relación con ella, todos podemos coincidir que fue y seguirá siendo en nuestros corazones una gran mujer, una gran cristiana y una gran bendición para todos. Hablemos sobre lo que nos queda, sus enseñanzas, sus consejos, su experiencia y lo que su amor nos transmitió.
Dios la tiene en su santa gloria precioso, que el cumplimiento de esa promesa divina consuele tu corazoncito y los recuerdos gratos que tienes de tu abuelita sigan llenando el espacio que ella tiene en ti. Te quiero mucho, besitos!
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