Mamita preciosa, hoy te recordamos con mucho amor, hoy que fue el día que la voluntad de Dios se manifestó en tu vida, para tomarte entre sus brazos y llevarte para estar para siempre ante su presencia. No ha sido fácil sobrellevar tu ausencia. Nuestro corazón es consolado al recordar que gozas de la vida celestial que nuestro amado buen Dios prometió a sus hijos. Nuestro consuelo es, saber que un día estaremos juntos todos otra vez contigo cuando todos seamos llamados también por el Señor. Mamita preciosa, han pasado muchas cosas, unas muy bonitas, otras tristes, pero no dejan de ser ambas pasajeras. Lo eterno, es lo que vives hoy por hoy, y que es nuestra esperanza, por la preciosa sangre de Cristo derramada por nosotros los pecadores, y su triunfo ante la muerte, es que estaremos gozando también de lo eterno que tu gozas. Sigues viva en nuestros corazones en un recuerdo hermosísimo de una madre, esposa, hermana, hija, amiga, que compartió mucho amor y sacrificios, que compartió mucho de lo que Dios le dio, con la gente que más necesitaba. Si bien tenias defectos, tus virtudes sobrepasaban. Te seguimos queriendo mucho mamita preciosa, y te amaremos siempre!.
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