Realidades y Trascendencias
Para entender esta foto, se requiere saber el significado de trascendencia. Definámosla, para mis efectos, como la virtud que tiene alguna persona de hacerse sentir en un espacio/tiempo, distinto y posterior, a aquel en el que, realmente estuvo.
Pero: ¿qué es la realidad? ¿solo hay una?
Por favor, vuelva a ver la foto. Ahora, déjeme decirle que, cuando apreté el obturador para tomarla, había, por lo menos, cuatro realidades del mismo sujeto fotografiado.
La primera era lo que yo veía a través de la lente, y usted ve ahora en la foto; un sujeto duplicado.
La segunda realidad es que había una transparencia en la que estaba impresa, químicamente, un instante en la vida de una abuela y su nieta.
La tercera era una transportación lumínica de la segunda y la cuarta, que se aprecia en un plano difuso a la derecha, es el mismo sujeto de las anteriores, pero en su realidad al momento de oírse el “clic” de la cámara. Seguramente alguien verá otras más (como el reflejo de un espejo entre abuela y nieta) pero, dejémoslo ahí para no entrar en profundidades metafísicas en las que soy un lego.
Lo cierto es que, por alguna razón que no puedo explicar, hay personas que tienen la capacidad natural de trascender. Doña Abigaíl Rodríguez Martínez, el “sujeto” en esta foto, era una de ellas. Lo sé porque han transcurrido once años desde que, un primer viernes de diciembre, el día más frio que puedo recordar, se fue sin decir adiós y, simple y sencillamente, trascendió.
Es un hecho. Ella y yo, dejamos de coincidir en este continuum de espacio/tiempo en el que vivo. Ninguno de mis cinco sentidos es capaz de percibirla. Las cámaras fotográficas, tan afectas a la luz que reflejan las tres dimensiones, tampoco pueden captarla porque ya no está.
Sin embargo, Doña Aby, como MamaLita, MamaMinga, MamaNelly y otros tantos que tienen ese don, siguen estando conmigo de un modo diferente y misterioso. Ni siquiera hace falta cerrar los ojos para verles. Libres ya de las limitaciones del cuerpo y de las terrenales dimensiones, se mueven por mi realidad de mil maneras. Parece de locura, pero siento que me miran, que me tocan, que me susurran cosas y, en una que otra noche, de esas que no me faltan, las he incluso sorprendido acariciándome el cabello para alejar la angustia que me quita el sueño. No sé cómo lo logran, pero con ello, hacen más llevadera su ausencia. Y lo mejor de todo: avivan la esperanza de nuestro reencuentro, en aquel lugar ignoto, sin tiempo ni geografía, donde se vive realmente.
¡Alabado sea Dios, por poner a estas personas trascendentes en nuestro camino!
¡Alabado sea Dios, por la vida de mi querida doña Abigaíl de quien tanto amor recibí!
4 de diciembre de 2020.
Te abrazo con harto cariño, cuñadito. Gracias por tu escrito que, como siempre, llena nuestros corazones. Dios te bendiga y nunca dejes de escribir.
ResponderEliminarGracias Milly. A veces lloro también, como se que tu lo haces, no hay de otra somos débiles y sentimentales. Pero lo cierto es que ahí están, aquí siguen...
EliminarGracias por tu amor por ella, cuñadito...siempre fuiste ampliamente correspondido, por ella y por toda la familia...
ResponderEliminarSí. es cierto. la ultima vez que nos vimos, en Xalapa por cierto, se despidió de mi diciendo: "Lo quiero mucho Noel" Jamas olvidaré eso.
EliminarMuchas gracias cuñao.
ResponderEliminarabrazo fuerte.
te queremos arto.
Harto lo sé. Abrazo
EliminarGracias cuñao.
ResponderEliminarabrazo fuerte, el anterior, tambien soy yo.
osea Ray
EliminarSiempre en nuestros corazones y en nuestras realidades. Ella es parte de lo que somos y, como mi papá expresa tan elocuentemente aquí, nos acompaña hasta el día en que volvamos a encontrarnos. Besitos a toda la familia que hoy la tiene aún más presente..
ResponderEliminarSiiiiiiiiiiiiii
EliminarNo tengo palabras para expresar el sentimiento que provocan estas líneas cuñado, gran hermano, como sentimos y creemos que lo eres. Nuestra mamita hermosa. SIEMPRE presente en todos nosotros.
ResponderEliminarEn efecto. No hay palabras. Y las que hay, vienen entre lagrimas y lluvia, como diría Juanga.
EliminarGracias por tu generosidad de siempre cuñado a la hora de abrir tu corazón y sentimientos con nosotros, mi mamá recibió incontables muestras de cariño tuyas y tu de ella, esa salsa verde especialmente por ti con que te recibía cada visita no la he vuelto a degustar jamás. Pero degusto su recuerdo en mis sueños y en mi vigilia, como ahora tus letras que la refieren y a ti con tu cercanía de siempre.
ResponderEliminarDavid
¡Ciertisimo! Yo tampoco la he vuelto a probar, como ella la hacía...
EliminarGracias por tus líneas llenas de amor por mi mami. Tú sí que fuiste su consentido.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.
Lero, lero, lero, lero. Sí, creeré eso, tuve la bendición de ser el primero de los yernos. Mejor imposible.
EliminarGracias Noelito, por haber querido a mi mamita y seguir queriéndola y dedicarle hermosas lineas
ResponderEliminarSeguro estoy de que muchos de ustedes sienten lo mismo que yo, nomas no se atreven a escribirlo... je je je
EliminarGracias, Noelito. Te quiso como a un hijo, que ni qué...
ResponderEliminar¡Esa es una realidad trascendente!
EliminarGracias, Noelito. Te quiso como a un hijo, que ni qué...
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