Mamacita:
Se me antojan unos bisteces empanizados, con macarrones y lechuga. Se me antojan unas lentejas con todo lo que le pones: huevos duros, plátanos, chorizo, carne de puerco… Se me antojan unos frijoles con puerco. También se me antoja verte sentada en el patio, en una silla pequeña mientras se quema el zacate que recién cortamos, mientras te espantas los moscos de las piernas y platicas con mis hermanas, y nos dices váyanse para allá, chiquillos. Se me antoja dormitar con mi cabeza sobre tus piernas mientras tú también duermes frente a la tele. Se me antoja verte bajar del coche al llegar a cualquiera de nuestras casas y todos hacerte fiesta alrededor. Cuánto ha de pasar para volver a abrazarte. No es fácil aceptar que lo más probable es que nunca más nos recibas en el corredor (pero lo que venga será mucho mejor que eso, lo sabemos). Mami, en nuestras reuniones familiares siempre siento una especie de frío, un experimentar… no lo sé, o no lo puedo explicar. Sin embargo, tú estás bien. Tú descansas. Tú ya terminaste tu tarea, te fuiste en paz y con honor. ¿Cuánto nos queda a nosotros? Sólo Dios lo sabe. Pero lo cierto es que desde que te fuiste el tiempo dejó de ser eterno y ahora se me hace chiquito, tan pequeño que me cuesta darle importancia a las cosas a las que antes se la daba. Cuando te volvamos a ver, ya no habrá despedidas ni ningún se acabó. Y nuestro amor será mejor y más verdadero que el mal amor que te pudimos dar aquí, por lo menos yo. Madre, te vemos gracias a Dios en fotos y videos. Oímos tu voz y vemos tu cara. No es poca cosa mientras nos volvemos a encontrar. Mil besos mamacita.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¡Se me antoja que me abrace y que me bese! ¡Se me antoja que me diga: Hija de mi vida,cuantas ganas tengo de verte!
ResponderEliminarCiertamente: nos quedaremos con las ganas por un ratito.
El Señor nos permita pasar este tiempo de añoranza y dolor como un suspiro.
Te quiero mucho manito, nuestro Güilejo Contintillo.