viernes, 22 de febrero de 2013

¡Madre!

Mamacita, algo está muy mal en esto de que no estés, algo es anómalo, equívoco. ¿Cómo es posible que de ti sólo nos quede el recuerdo y algunas cosas más? Simplemente no puede ser, no está bien, nuestro corazón no lo acepta. Por eso, la resurrección corregirá esta triste anomalía, por eso la vida eterna corregirá lo que el pecado ha destruido, por eso la muerte será corregida y esta absurda cosa que es tu partida se convertirá para nosotros en lo que ya es para ti: la gloria, en la que gozaremos de esa vida tan hermosa que te dio el Señor. Madre, la vida sin ti está llena de huecos. Nuestras alegrías tienen zonas vacías, porque falta el oro de tu voz. Madre, te veremos. A esa esperanza nos aferramos, mientras caminamos por nuestro dolor. Te amamos, por siempre.